El pasado viernes 20 de agosto fue la fecha acordada por todos los ciudadanos para congregar se en el viejo arco de entrada en la ciudad de La Rioja.
Cientos de mujeres y hombres, niños, jovenes y adultos; marcharon por la ancha avenida Ortiz de Ocampo haciendo un recorrido hasta las conflictivas esquinas de Pelagio V. Luna y Catamarca punto donde la Secretaria de Minería se enfrenta , en diagonal, con el edificio de la desvastada Escuela Normal. la columna llego hasta la plaza 25 de mayo donde se encontro con una casa de gobierno totalmente cerrada en sus puertas y ventanales y un San Nicolás con una escaza comitiva que estuvo obligado a salir de la catedral por una ineludible ajenda en la vesina y tambien castigada provincia de Catamarca. estas son algunas imágenes de esos momentos donde siempre se entrelazan de manera casi descarada el poder, la pobreza, la injusticia, y la iglesia haciendo mutis por foro. En dialogo con una feligresa yo le preguntaba si creía, ya que nuestros gobernantes no oyen las voces de reclamo de su pueblo por tantos atropellos, si talvés el santo pudiera impedir la destrucción y decadencia de la provincia de la que el es Patrono. La señora mostraba en su rostro tanta aflicción, ella no participo de la marcha contra la minería a cielo abierto, fue alumna en la primaria de la escuela Normal pero nunca participo de las marchas para impedir su destrucción. Ella esta curtiendo su cuerpo bajo la eterna rutina del trabajo y los hijos en medio del trajín de la pobreza. pero al buscar una respuesta solo un suspiro dejo escapar su vos desde la angustia y la esperanza al decirme : "eso espero....¿hasta cuando tenemos que aguantar?...!lo que esta pasando es terrible, nos quieren matar!...yo le estoy rezando para que nos escuche, quiera Dios que nos escuche.
como decía el pelado con un oído en el evangélio y con el otro siempre en el pueblo, nuestros gobernantes confunden talvés los silencios por ignorancia, el temor por cobardía y la sumisión por respeto. nosotros no nos equivocamos. desde los susurros monótonos de una plegaria hasta el mas desgarrante de los gritos exigimos que y como queremos vivir y no que nos obliguen a morir .
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario